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Mi vida con Ángeles.


Hace tan solo unos cuantos años me había acostumbrado al torbellino de emociones que fluctuaban con mi inestabilidad emocional, pues en aquel entonces pensaba que solo con los años se aprendía la famosa calma tan anhelada; que los años permitían ganar grandes batallas y que la fijación de metas personales era mi gran objetivo vida junto a tener una familia y culminar la crianza de mi hija, pues eso era lo que había aprendido de mi núcleo familiar y de la sociedad.


Con todos estos conceptos, creencias y lo que pensaba que sería el resto de mi vida me desenvolvía como cualquier otro ser humano entre las duras y las maduras; entre el dicho de ahí llevándola. Pues desde que recuerdo renegaba de la separación de mis padres, del porque no había estudiado la universidad siendo aún adolescente y porque tenía que trabajar para mantener a mi familia en aquel entonces, en fin...


Años posteriores cuando me preparaba como psicóloga apareció el concepto de resiliencia descubriendo que es la capacidad de todo ser humano de superar la adversidad; y supe que no era resiliente y que debía a comenzar a reinterpretar mi existencia, trayendo consigo la auto aplicación de técnicas aprendidas durante mi formación académica; Sin embargo no todo parecía sanarse y de forma cognitiva ya había interiorizado en mí el concepto de indefensión aprendida en varios aspectos de mi estabilidad emocional; pero bueno yo misma me decía, esto es lo que me tocó vivir y toca seguir viviendo.


Sin embargo, algo estaba por corresponderme, algo mucho más elevado, algo que jamás imagine vivir que modificó totalmente mi existencia, algo que agradezco a Dios y a mi esencia. Pues el mundo espiritual llegó con sincronías divinas, con conexiones que produjeron a un sinfín de preguntas que me llevaron a descubrir el mundo angelical, mundo del cual quedé enamorada y del cual no imagino mi vida sin él; que me llevo a procesos de sanación del cuerpo físico a través del desprendimiento del dolor con la voz de mi alma, de mis guías y del espíritu santo. Hoy en día percibo la vida de una forma diferente, pues he aprendido a ver mis grandes “sufrimientos y tragedias” como una ilusión, como el plan que elegí vivir para mi crecimiento como esencia divina, porque soy un alma viviendo una experiencia humana; a verme como la extensión del amor de Dios que esta bendecida con su imagen y semejanza.


Permitirme dar el sí a lo que soy en su totalidad, me concedió poder decidir cómo vibrar, pues solo hay dos opciones de sistema de pensamiento: el sistema de pensamiento del EGO, que es la ilusión el cual sin saber viví sumergida en el dolor por varios años de esta vida, logrando así la separación de lo que soy en unión con Dios; en el otro lado puedo elegir el sistema de pensamiento de la MENTE RECTA dirigido a través de la voz del espíritu santo; permitiéndome verme perfecta, inocente, intachable, reconociendo que no hay fuente de juzgamiento según la sociedad; sino ERRORES que pueden corregirse a través del PERDÓN, pero no el perdón de las creencias socialmente aceptadas, sino el perdón del que no hay nada que perdonar; por lo tanto comprendí que no hay nada en este mundo que pueda hacerme daño, pues solo es una ilusión que yo misma inventé en mi evolución como espíritu mientras dura ésta existencia humana.



Con total gratitud



Claudia Patricia Gaviria Caviedes

Terapeuta Angelical.

 
 
 

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